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martes, 15 de junio de 2010


LA HONRADEZ POR ENCIMA DE TODO



Se cuenta que una vez un niño robaba en la escuela bolígrafos, cuadernos y hasta libros de sus compañeros, y como si fuera una cosa buena, se los llevaba a la madre y ella, lejos de corregirlo, aprobaba el robo. En otra ocasión robó un reloj y luego una pulsera, y luego una cartera con dinero y la madre también aceptó el robo. Así fueron pasando los años y el joven termino convirtiéndose en un ladrón muy peligroso. Por fin un día, cuando intentaba hasta matar a una anciana para robarle, le agarró la policía, le esposaron con las manos detrás y lo llevaron a la cárcel. Mientras tanto su madre, llorando, le seguía detrás sintiéndose culpable. Entonces el ladrón llamó a su madre para decirle algo al oído; pero al acercarse, el hijo, de una mordida le arrancó la oreja.

La madre dando un grito de dolor y reprendiendo su acción le dijo: hijo, no conforme con cometer tantos robos, encima ahora me hieres a mí, mordiéndome la oreja. A lo que el hijo le contestó: par tu culpa, madre, soy ahora un ladrón y voy a la cárcel. Si la primera vez que robé los libros en la escuela me hubieras corregido, hoy no sería un repugnante ladrón. Y termina la moraleja: «lo que no se corrige en la niñez, crece y se agranda después».

También se dice que la planta se endereza desde que es pequeña.

1 - Porque tiene hambre, entonces hay que darle de comer.
2 - Porque está enfermo, en este caso llevarlo al médico.
3 - Por capricho. Entonces, que llore y chille, aunque moleste, porque el niño no tiene otra manera de llamar la atención y reclamar algo, que el llanto, y no digamos, si hay visita en la casa. Entonces más se extrema, para que le concedan todo, porque sabe que molesta y para quedar bien con los visitantes le dan todo lo que pida para que se calle. Entre tanto se van volviendo caprichosos y más tarde son soberbios y hasta tiranos y des-obedientes e ingobernables. La honradez se educa, como se educa el corazón.

Cuando uno tiene el sentido de la honradez, se crea en uno como una traba mental, como una alergia, a no quedarte nunca con lo ajeno. Recuerdo que una vez, fui a bendecir una casa y el dueño de la misma trabajaba en una empresa grande de construcción y después de bendecirla me dice: «y no me ha costado ni un euro los materiales». Los azulejos, el piso, la grifería, todo lo de la electricidad, las piezas del baño, excepto la bañera, que no le cabía en el coche, lo había robado en la empresa y encima lo contaba como una proeza. iQué pena que me lo dijo después de la bendición! Y entonces pensé, iCuántas cosas se habrán llevado en Santa Rita!, a pesar de tanta cámara. Un maestro que teníamos llamado don Elisio, que hace muchos años está disfrutando de la paz del cielo, nos inculcaba una y otra vez, la honradez. Nos decía que se empezaba robando un alfiler y cada vez más hasta que terminas en la cárcel.
Nombre: Paulina Muñoz
numero de lista: 27

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